Finalmente ha llegado el día. Creo que hacia muchos años que no esperaba las Navidades con tanta ilusión, quizás desde que descubrí la sorpresa escondida detrás de los Reyes Magos y el tió (versión catalana del Papa Noel).
Esta noche cojo el vuelo de vuelta a casa, como el turrón, “vuelve, a casa, vuelve por Navidad”. Serán muy pocos días, seguro que no podré ver a todos los que desearía, pero será una inyección de energía después de este último mes tan duro en Dar es Salaam.
Hemos superado el robo. No lo habría podido hacer sin la ayuda de mis nuevos amigos en África: las chicas de la Cruz Roja Española que me han acogido en momentos de crisis (trabajan con refugiados, se nota. Yo he sido su refugiada particular), Roser de Granada (que ademas de cocinar de maravilla me deleitaba con sus canciones, rollo Operación Triunfo) y como no, el personal nacional de nuestra ONG, que se han volcado tanto en el trabajo como en hacerme sentir como en casa, y eso a pesar de tenerme de jefa, que reconozco, no siempre es fácil.
Total que he decidido que después de Navidades vuelvo a este caluroso país. Vamos a darle otra oportunidad a esta vida en África. Estoy segura que aun me quedan muchas cosas por ver, muchas por vivir y sentir, así que aquí volveré, un tiempecito mas, eso si, después de mis merecidas vacaciones con la familia, los amigos y el turrón.
Esta noche cojo el vuelo de vuelta a casa, como el turrón, “vuelve, a casa, vuelve por Navidad”. Serán muy pocos días, seguro que no podré ver a todos los que desearía, pero será una inyección de energía después de este último mes tan duro en Dar es Salaam.
Hemos superado el robo. No lo habría podido hacer sin la ayuda de mis nuevos amigos en África: las chicas de la Cruz Roja Española que me han acogido en momentos de crisis (trabajan con refugiados, se nota. Yo he sido su refugiada particular), Roser de Granada (que ademas de cocinar de maravilla me deleitaba con sus canciones, rollo Operación Triunfo) y como no, el personal nacional de nuestra ONG, que se han volcado tanto en el trabajo como en hacerme sentir como en casa, y eso a pesar de tenerme de jefa, que reconozco, no siempre es fácil.
Total que he decidido que después de Navidades vuelvo a este caluroso país. Vamos a darle otra oportunidad a esta vida en África. Estoy segura que aun me quedan muchas cosas por ver, muchas por vivir y sentir, así que aquí volveré, un tiempecito mas, eso si, después de mis merecidas vacaciones con la familia, los amigos y el turrón.
