Coses Petites

Em sento com si hagués de gravar en la memòria totes i cadascuna de les imatges, olors i sensacions que passen davant meu aquests últims moments a Tanzània.

Els colors vius decorant cada racó, la música incansable dels carrers africans, les bicicletes carregades fins dalt de qualsevol cosa imaginable (i inimaginable també…), la vista aèria al aterrar a Dar de les palmeres estirant-se cap al cel o del Rif de Coral anellant Zanzíbar, els nens jugant al carrer i els somriures de la gent, que mai s’apaguen, malgrat la duresa d’aquesta vida seva.

Em sento com si la memòria m´hagués de fallar fent-me oblidar el que he viscut i sentit durant aquests mesos. Penso: Ho haig de gravar intensament en la meva ment… No vull oblidar-ho…No vull perdre ni un sol detall…

I de cop, sense adonar-me’n, passo a pensar en allò que retrobaré a casa.
Primer i abans de res, UNA CASA on em sentiré a casa. Deixaré de viure a casa d’altres per tornar a tenir un espai propi... Com ho he trobat a faltar!
I tant important com el primer, les trobades que dins aquesta casa hem celebrat. Amics amb qui repetir sopars de colla, cançons memorables, tés de canyella, trivials, i enquestes sobre membres i/o músculs.
Amics amb qui equivocar-me de pub a Londres i acabar havent-nos d’aguantar les llàgrimes de riure al trobar-nos “segrestats” entre un grup de pirats que intenten afinar alguna nota i tocar alguna cançó infumable.
Amics de joventut que s’han convertit en pares.
Pares que s’han convertit en amics.
Escapades de cap de setmana.
Tardes de diumenge fent el manta al sofà.
Un bon llibre en el teu idioma.

I em pregunto: Cal marxar tan lluny per trobar a faltar la màgia de les coses petites?

Ens veiem aviat, ja quasi he arribat.

Sauti za Busara

Sauti za busara (Sounds of Wisdom, http://www.busaramusic.org/ ) es el nombre del festival de música que se celebra cada año por estas fechas en Zanzíbar. Músicos de todas clases y orígenes se reúnen en Stonetown para tocar.
Decidí ir a pasar el fin de semana a Zanzíbar. La ultima experiencia en Stonetown, con Marina y Dani, me traía recuerdos varios, pero básicamente me hacia pensar en un par de días de estrés negociando los precios de todo y saliendo corriendo de la oficina de turismo despues de nuestra reclamación por sus (no) servicios. Pensaba… va a ser esta vez mas tranquilo?

Tranquilo no se si es la palabra que mejor describe el fin de semana, pero lo pasamos en grande. Llegue el viernes por la tarde y me reuní con Maria (mi amiga española de Mwanza) e Isa (su novio zanzibari) y me reencontré con Cyrille y Celia (una pareja Belgo-francesa amigos de Maria).
Empezamos el finde tranquilitos, con una cenita en el restaurante Monsoon de Stonetown, sentados a lo árabe, en el suelo, en un ambiente inigualable, para seguir luego en el Viejo Fuerte, donde se celebraban algunos de los conciertos. A mi el sueño me venció pronto, y me fui a la cama a eso de las 12h.
Al día siguiente, excursión en Dhow, las típicas barcas tanzanias de vela. Pasamos el día en un banco de arena rollo Las Ramblas, ya que casi teníamos que jugar al tetris para poder colocar la toalla. La comida sin embargo, mereció la pena: calamares, gambas, pulpo, langosta… Vamos, un festín que no veas…

Risas Zanzibaris

Después de la excursión de vuelta al hotel en barco, en la que acabamos todos empapados hasta arriba, y de dormir una pequeña siesta, nos fuimos de nuevo al festival de música. Chicos, disfrute de uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida. Se me ponía la piel de gallina y casi tenia que retener las lagrimas de lo que disfrute con el concierto de Sekou Keita Quartet (http://www.seckoukeita.com/) Fue alucinante.

Sekou Keita Quartet en el escenario

Y lo mejor, es que después coincidimos con la banda de música en el restaurante. Fuimos a felicitarlos y acabamos la noche yéndonos de copas con algunos de los artistas: un violonchelista inglés, un violinista egipcio y un bajista italiano. Fue realmente divertido.

Del dia siguiente recuerdo poco. Lo pase dormitando… En el hotel, en el aeropuerto y finalmente en casa…

Ah, y otra demostración de lo pequeño que es el mundo: coincidí en la única librería de Stontown con un chico de la Garriga, un tal Marc, que es el propietario de la masia en la que vive Eddy, nuestro amigo Zanzibari que vive en el Valles! Si al final, somos solo cuatro!!

Sauti za Busara............ Ha sido realmente un fin de semana mágico.

Cerrando circulos

Finalmente he concretado fechas. Dentro de una semana acabo mi contrato con Médicos del Mundo. Antes, este fin de semana, lo paso en Zanzíbar, donde hay el Festival de Música Africana que se celebra anualmente.

A partir del próximo viernes, tocará un fin de semana de playa con palmeras para el lunes volar a Mwanza, donde pasaré mi ultimo mes con los niños, tal y como empecé aquí en Tanzania. Creo que esa es la única manera de quitarme este mal sabor de boca que me ha dejado la ONG rollo “multinacional” en la que he estado, en las que gran parte del dinero acaba yéndose para el beneficio de aquellos que vienen a “salvar al tercer mundo”.

El día 16 de marzo correré por Barcelona. Y esta vez no hará falta apretar las citas en la agenda, pues tendré todo el tiempo del mundo para quedar, charlar y rememorar viejos tiempos.