miércoles, 5 de septiembre de 2007

Capitulo 5: Del paraiso a la vida real



Las ultimas semanas de agosto y sobretodo el inicio de septiembre han sido moviditos. Empecé un curso intensivo de swahili (3 semanas, 4 horas diarias) que tela marinera… cada día acababa el curso que parecía que me hubieran dado una paliza… esto de volver a estudiar es agotador… Lo mejor es que tengo en la cabeza tal cóctel de palabras, normas gramaticales, etc. que no hablo swahili nada bien. Y a veces las cagadas son lo mas divertido… por ejemplo, el otro día fui al hospital a ver un enfermo y en lugar de decirle que había comido patatas le dije que había comido zapatos… yo creo que el tío pensó que era yo la que tenia que quedarme ingresada en lugar de el…

Eso si, entre tanta clase también supe encontrar un fin de semana para ir a Zanzíbar. Salimos Juan (el amigo de Pep), Ester (una amiga de Juan) y yo el sábado por la mañana a primera hora en ferry hacia Stonetown. El precio del ferry para residentes es ridículo (24 Eur. i/v) y en dos horas te plantas en el paraíso. Eso si, las dos horas de ferry se te hacen interminables…. Tanzania ya de por si es ruidosa: cláxones, música a toda pastilla, mezquitas, gente por todas partes, etc…. pero es que el ferry era una concentración de todo esto y mas. Empezamos con una sesión de video clips a toda pastilla en la TV del ferry: Boney M, Abba y el We are de world USA for Africa (dos veces) para seguir luego con una peli francesa (ni mas ni menos que gabacha) de tiros. Vamos, que llegas a Zanzíbar un poco mareado, y no precisamente por el oleaje.

La vista de Stone Town desde el ferry es muy bonita y eso que hacía un día horrible. Con la lluvia acechandonos fuimos volando al hostal. Habiamos leido en la guia que si no estaba mal, que si tenia su encanto, que si en el sótano de una de las casas se encuentran las celdas del mercado de esclavos, etc.... Las celdas estan, y las habitaciones no son mucho mejores que estas. bueno, quizas exagero un poco, pero la verdad es que las habitaciones del hostal estaban sucisimas. Las mosquiteras rotas y llenas de polvo, las sábanas sucias y las ventanas rotas. Es una lástima que no lo cuiden, pero ya se sabe, en Zanzibar, con tanto turista, aunque no se lo valga, acabas pagando mucho por muy poco. Pasamos el día paseando, visitando la ciudad. Me di cuenta que hacia justo un año que había estado paseando por las mismas calles con otros acompañantes… que recuerdos aquellos, y como me ha cambiado la vida desde entonces… Os paso un par de fotos, para poneros los dientes largos.

La vuelta a la vida real fue dura… Más clases y marrones laborales inesperados. Aquí es bastante habitual que la gente tenga algún familiar que sufre alguna dolencia… pero el caso de John, uno de nuestros guardas era espectacular. Su mujer se había ido a Iringa (al sur de Tanzania) a cuidar de su madre que sufría no se que dolencia respiratoria. John se había quedado con los niños aun trabajando 4 días a la semana por la noche. Me contó que el había tenido que ir a Morogoro (a unas 3 horas de Dar) a buscar a su hermana que tenia algo parecido a la apendicitis para que siguiera no se que tratamiento en Dar. Luego el se quejaba de dolor de estomago, y claro, yo pensé que eran los nervios… pero no! Una ulcera de estomago lo dejo medio muerto después de vomitar sangre durante casi toda una noche. Total, que el pobre se fue como pudo al hospital más cercano a su casa y allí lo ingresaron. A la mañana siguiente, al enterarnos de lo sucedido, fuimos a socorrerle… y nunca mejor dicho. El hospital (publico) en el que estaba no tenia suficientes camas para todo el mundo con lo que había colchones por todas parte, las habitaciones apestaban y la sanidad brillaba por su ausencia. John era uno de los afortunados: tenia cama (compartiéndola con otro hombre que estaba inconsciente)… A mi casi se me caían las lagrimas… Lo sacamos rápidamente de allí y lo llevamos a un hospital privado. Allí lo atendieron mejor, aunque no se están de nada. Hacen pruebas de todo tipo, algunas necesarias y otras no tanto. Lo suyo es que la factura sea lo mayor posible. Por suerte nosotros tenemos quien entiende de medicina y quien podía decir que pruebas eran necesarias y que pruebas no lo eran… Y para acabar de alucinar me explicaron que aquí los hospitales no tienen bancos de sangre. Cuando alguien requiere una transfusión, se busca un donante del mismo grupo sanguíneo, se le extrae sangre y se hace unos tests rápidos de SIDA que únicamente dice si la sangre esta limpia en ese momento pero que en ningún momento garantiza la superación del periodo ventana (es decir, los tres meses que hay en los que el virus esta latente en la sangre sin manifestarse). Así que claro, por todos los medios se tienen que evitar transfusiones sanguíneas… Al final John ya esta en casa, aunque la bromita nos ha costado 6 veces su sueldo mensual. Todo se pudiera arreglar con dinero…

A parte de este par de historias, ha habido algunos marrones más a nivel de curro, pero como son marrones internacionales, mejor no os aburro con el tema.
Hoy he ido a pasear por la tarde con los niños del jardinero de la casa de Pep. Son una monada. Hemos ido a la playa a dar una vuelta y hemos sacado algunas fotos… Que os parecen?




Bueno, nada mas por ahora. Besitos a tod@s desde la Bella Tanzania.

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